Milagro perdido

Milagro Perdido 
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Era una noche normal, vivían las estrellas para contar, y la luna sin mirar atrás, no se iba continuaba siendo tan grande, como mi vista al cielo, vivía con mi abuela, en una casita pequeña, pero muy bonita, podíamos hacer galletas y comer frutas de algunas plantas, todos los días me levantaba temprano, para ir a vender galletas de mantequilla al tren, donde había mucha gente, a veces vendía todo y otra veces casi nada. me sentía muy triste como había niños con sus papas jugando o paseando, igual yo sabia que mi caso no era posible, la única conexión con ellos son las estrellas, platicar todos mis pesares, aunque no me escuchen, algo en mi me decía que estaban ahí, era una noche con un viento tan frió, el señor de la renta, nos quería correr, y terminamos solas en la calle, pues no teníamos dinero, mi abuela estaba enferma y se puso mal, yo la abrace hasta que amaneció, ella no abrió los ojos, su corazon se paró, yo estaba muy triste, solo se que me llevaron lejos a un orfanato, donde despues me adoptaron, una familia extranjera, yo no sabía francés, pero despues aprendí, era una pareja grande unos papás con combinación de abuelitos, hubo un gran incendio, cuando llegué de casa, lo volví a perder todo, pero ya era un poco mayor, dejaron cubiertos mis estudios, me preguntaba todos los días por que tenia que ser tan miserable, que había hecho mal para merecer tanta tristeza en mi corazón, hasta perdonar me costaba, y querer menos podía, al final todo perdía, pareciera que mi condición es estar miserable, estudié una ingeniería, por mi gusto por las matemáticas, aunque por ser mujer fui rechazada, me sentía un fracaso, no sabía a donde ir, tal vez no merecía vivir, colgaba de mi cuello una medallita de algo de valor de la virgen maría, según mi abuela regalo de nacimiento de mis padres, sola bajo un puente buscando la manera de no existir jamás, escucho discutir aun señor, el mismo señor anciano, que nos corrió a mi abuela y a mi de su casa, sin dejarnos donde pasar la noche más fría, era una mujer no muy joven, con una niña muy enferma, la vi tan desconsolada, me paré y le pregunte que si estaba bien, ella dijo sí, pero su hija necesitaba un medicamento sino esta noche podía morir, recordé mi situación, le dije que medicamento era, fui a la farmacia, pero hice una parada antes, vendí mi medalla, me dieron lo justo para comprar la medicina, fui corriendo, y le di mi abrigo a la niña, aun así hacía mucho frió, necesitaba llevarlas a un sitio caliente, la niña no debía respirar ese aire, fui pidiendo posada, y nadie abría, me acorde de mi orfanato, de la señorita Albel, y gracias a ella, pudimos pasar una noche sin frió, me levanto para ver como siguió, ya se habían ido, dejando una carta de gracias, con una fecha establecida y una dirección, al llegar vi una casa enorme, con los jardines mas verdes que he visto en mi vida, y una fuente de ángeles divinos, toco el timbre, y me abre la pequeña y me recibe con una sonrisa, baja las escalera un hombre bien parecido, sujetando en sus manos una cajita de cristal, me dice gracias por encontrar a mi hija, llevaba desaparecida años, la secuestró su tío, hermano de su difunta  madre, estaba desesperado, la mujer con la que la vio era una de sus tías, que se arrepintió y se entregó a la justicia, arrastrando a su hermano, ahora ellos pagan una larga sentencia, y me devuelve la medalla de la virgen, me dijo que gracias a mi, empezó a creer en los milagros, gracias a su buena gratitud, me ofreció empleo en su fabrica, y gracias a eso la vida me regaló el amor de un hombre justo, duro cinco años, hasta que quedé paralítica, y madre soltera con un bebe de cuatro años, un día no me podía mover, el bebe iba directo a la alberca, y lo peor de la vida era ver morir a tu hijo y tu sin poder moverte, el pequeño cayó, me impulse me caí de la silla de ruedas, gritaba y mi pequeño, solo lloraba entre el agua, en ese momento mis pensamientos fueron mas fuertes, y pude pararme, y entre fuerzas imposibles, lo rescate, me canse de pensar que merezco lo peor, y fui por lo que quiero, en eso no se si fue un gran destello y la medalla de la virgen, creía en todo lo malo menos en lo bueno, en la oportunidad de poder salvarme a mi misma, ahora comprendo que a esta vida venimos a luchar por nuestra felicidad y hacer honor a la libertad que dios nos dio en la cruz, levanto mis manos, y doy gracias, y bajo la lluvia, viendo a mi hijo durmiendo como el ángel elegido para devolverme lo que eh perdido en la vida, doy gracias porque entiendo que la misión de la vida es única para cada quien, somos soldados en este mundo de confusiones, desde ahora creo en mi misma, y dejo muy olvidado todo lo que nos hace mal, nuestro aire espiritual es la fe, me dedique ayudar muchas personas y logre ser una buena alcalde de un pueblo de donde la gente pierde la esperanza, ahora vivo por aquellos que siguen durmiendo en el resentimiento.



escucha esta cancion es hermosa